Xalapa, Ver
.- Inés Ramírez, es una mujer campesina que vive en Río de Talea, un pequeño pueblo de la zona indígena de Oaxaca que es recordada a nivel mundial al practicarse una autocesárea.
Fue el 5 de febrero del año 2000 cuando ocurrió este hecho que ha sido considerado único en la historia.
En Rio Talea, pueblito ubicado en la sierra de Oaxaca, al suroeste de México, el cual cuenta con 70 viviendas a casi 2 mil metros de altura, con 400 habitantes, dedicados casi todos a la agricultura y por lo menos un quinto de ellos analfabetos.
Fue en ese lugar donde una valiente mujer se practicó una cesárea a sí misma y sobrevivieron tanto ella como su bebé.
Inés Ramirez era una campesina que ya tenía 7 hijos vivos, además de un aborto. Ella empezó trabajo de parto y luego de 12 horas sintió que la situación se estaba complicando, por lo que el bebé no iba a poder nacer.
El centro más cercano donde podía tener ayuda obstétrica quedaba a casi 80 kilómetros y no había movilidad, así que decidió que ella misma tenía que resolver el problema.
Agarró alcohol de limpieza que tenía en su casa y tomó una buena porción, luego se sentó, cogió un cuchillo, y se abrió el abdomen hasta llegar al bebé y sacarlo para posteriormente cortarle el cordón umbilical antes de desmayarse.
Luego de unos minutos de desmayo, recobró la consciencia y le pidió a su hijo Benito, de seis años, que trajera al médico del pueblo.
Cuando el niño volvió con el doctor, la encontraron viva y consciente. El médico suturó todas las heridas y cuando finalmente pudieron llevarla a un centro obstétrico, los doctores vieron que tanto ella como su recién nacido estaban en buenas condiciones, lo que fue considerado poco menos que un milagro.
Hasta el día de hoy es el único caso que se conoce de que una mujer se haya hecho ella misma una cesárea, salvara la vida de su bebé y pudo vivir para contarlo.