22 de julio: Día Internacional del Trabajo Doméstico
Escrito por: Información/ Redacción
Miércoles 22 de julio de 2020

/ Fotografía:

Xalapa, Ver
El 22 de julio de cada año se conmemora el Día Internacional del Trabajo Doméstico, cuya finalidad es reconocer el trabajo que millones de mujeres realizan en los hogares de todo el mundo, sin recibir una adecuada remuneración económica o muchas veces incluso sin pago de por medio.

Actualmente limpiar, cocinar, planchar, comprar alimentos o cuidar a niños y personas adultas mayores son actividades que siguen siendo poco valoradas desde los puntos de vista económico y social en nuestro país.

El valor económico del trabajo no remunerado doméstico y de cuidados fue de 3. 061 billones de pesos, lo que representó el 19.7% del PIB según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística.

Para poder cambiar este panorama se tiene el gran reto de redistribuir estas tareas entre las y los integrantes de los hogares para favorecer la inserción y el desarrollo en igualdad de condiciones de mujeres y hombres en todos los ámbitos de la vida pública.

Asimismo, la implementación de políticas de conciliación entre la vida laboral, familiar y personal en los centros de trabajo, tales como los horarios flexibles y los permisos de maternidad, paternidad y parentales por nacimiento o adopción contribuyen a que las y los trabajadores puedan organizar sus responsabilidades domésticas, mejorando su productividad y su calidad de vida al mismo tiempo.

Sin embargo, históricamente, estas labores se han asignado a las mujeres y el trabajo para el mercado a los hombres, lo cual las pone a ellas en una clara desventaja, tanto para incorporarse como para desarrollarse en un empleo o para hacerse cargo de un negocio.

Desde hace varias décadas, las mujeres han aumentado su participación en la vida económica del país de manera constante, pero este hecho no se ha traducido en un incremento equivalente en la proporción de hombres que participan en las tareas del hogar.

Incluso si la mujer forma parte de una pareja en la que ambos miembros cuentan con un trabajo remunerado, ella sigue haciéndose cargo de la mayor parte de las tareas domésticas, lo cual le impone limitaciones a la hora de competir en términos de igualdad en el mercado de trabajo.

Para muchas mujeres, la exigencia de tener que asumir ambas tareas de manera sincrónica y cotidiana significa tener una doble jornada laboral por la cual reciben un solo salario.

La desigual distribución de las tareas domésticas al interior de los hogares familiares muestra la permanencia de roles de género.

Cabe mencionar, que en Mé­xi­co el tra­ba­jo do­més­ti­co re­mu­ne­ra­do sumó 2.2 mi­llo­nes de per­so­nas, la mayor parte son mu­je­res; tres de cada cua­tro re­ci­ben menos de dos sa­la­rios mí­ni­mos; la mitad tra­ba­ja más de 35 horas a la se­ma­na y el 76.1% no goza de nin­gu­na pres­ta­ción la­bo­ral.



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