En julio pasado, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró un incremento mensual de 0.38 por ciento; con ello, se registró una inflación anual de 3.78 por ciento, la más baja desde diciembre de 2016 y dentro del intervalo establecido por el Banco de México, que es de 3 por ciento más/menos un punto porcentual.
De acuerdo con el reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la inflación mensual de 0.38 por ciento se derivó en gran medida de aumentos en los precios del pollo, cebolla, papa y otros tubérculos, vivienda, naranja, aguacate, plátanos, servicios en loncherías, transporte aéreo y servicios turísticos.
No obstante, esto se vio contrarrestado por precios más bajos en el gas doméstico LP, chayote, uva, jitomate, huevo, tomate verde, juguetes y juegos de mesa, chile serrano, gas doméstico natural y la electricidad.
Al interior del INPC, el índice de precios subyacente (que excluye precios de bienes y servicios más volátiles, como agropecuarios y energéticos) creció 0.26 por ciento mensual, con lo que alcanzó una variación anual de 3.82 por ciento; por su parte, el índice de precios no subyacente aumentó 0.74 por ciento mensual y 3.64 por ciento anual.
Fuente: Milenio