El movimiento feminista de México ha vuelto a salir a las calles y esta vez ha llevado su grito hasta las puertas del Palacio Nacional, sede del poder ejecutivo y residencia del presidente Andrés Manuel López Obrador. Alrededor de un centenar de mujeres se ha manifestado este viernes en Ciudad de México para protestar contra el mediático asesinato y descuartizamiento de Íngrid Escamilla y la "indiferencia" del Gobierno. Durante la protesta, las manifestantes, muchas de ellas tapadas con pañuelos verdes y pasamontañas, han realizado pintadas en la fachada y en una de las puertas del palacio, al grito de “¡No somos una, no somos 100, pinche Gobierno cuéntanos bien!” y "¡presidente indiferente!".
Mientras López Obrador mantenía su habitual conferencia matutina en el interior del edificio, las protestantes han leído un manifiesto fuera del recinto contra el feminicidio y han hecho una pequeña hoguera con papeles y cartones. "Estamos pidiendo que cumpla sus obligaciones", decía el comunicado. Las manifestantes han pedido al presidente que de la cara y le han reprochado sus prioridades políticas al grito de "Justicia sí, rifa no", en referencia al polémico sorteo del avión presidencial. López Obrador pidió hace unos días "que el tema no sea nada más lo del feminicidio", al hablar de este sorteo.
Lidia Florencio Guerrero llevaba desde antes de las seis de la mañana ante el Palacio Nacional. Es de Chimalhuacán, un municipio del Estado de México, y ha llegado la primera. Sostenía una pancarta con la cara de su hija Diana, violada y asesinada el 2 de julio de 2017. "Cuando se refirió a la rifa fue indignante, dio rabia, coraje. Este presidente no se atreve a nombrar la palabra 'feminicidio' mientras somos miles de madres las que estamos sufriendo pérdidas todos los días. Seguiremos recordando que estamos aquí. Diana y muchas otras siguen esperando justicia", reclamaba.
Muchos de los mensajes en los cánticos y en las pancartas hacían referencia a Íngrid Escamilla, asesinada y desollada hace pocos días y una de las causas de la manifestación. Las imágenes que las autoridades filtraron a algunos medios y que estos publicaron han provocado la indignación. Yasmín Zaragoza, de 44 años, consideraba "aberrante" que desde la prensa se promueva "el morbo". "No podemos ser indiferentes, nos violentan a todos los niveles. Esto es cuestión de conciencia. Para esto sirve lo que hacemos, para llamar la atención de las autoridades", añadía.
El presidente reiteró durante su rueda de prensa matutina del jueves que está en contra de reemplazar la figura penal de feminicidio por la de homicidio agravado, como propuso el fiscal general, Alejandro Gertz Manero. "Por convicciones, por principios, estoy en contra del feminicidio. Es inaceptable, aborrecible, es algo que no se puede permitir y que tenemos nosotros que enfrentar con todos los medios, con toda la fuerza y las formas que tiene el Gobierno", respondió el mandatario ante las preguntas de la prensa.
Después de varias horas de movilización y presión en los aledaños del Palacio Nacional, diez integrantes de colectivos feministas fueron recibidas por las autoridades. Mientras, corros de mujeres esperaban sentadas frente a la puerta, custodiada por policías, en espera de respuestas. Tras cerca de una hora de reunión, las feministas aseguraron que no se ha llegado a ningún acuerdo y que las movilizaciones seguirán.
Esta protesta es la primera de las convocadas para este 14 de febrero en la capital mexicana y en varias ciudades del país tras el crimen y filtración a la prensa de las imágenes del cuerpo de Escamilla. En una carta abierta contra la violencia de género, más de 20 organizaciones denunciaron este jueves que cada día hay 10 homicidios de mujeres en México, que registró 1.006 feminicidios en 2019.
El primer año del nuevo Gobierno ha coincidido con un auge del movimiento feminista. En agosto del pasado año, una marcha contra una serie de violaciones perpetradas por agentes de policía terminó en destrozos en estaciones de transporte público y en una comisaría. Fue el primer estallido de indignación ante el incremento de los asesinatos de mujeres.
Fuente: El País