Xalapa, Ver
El vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, José Manuel Suazo Reyes, consideró preocupante que en el país, la libertad de expresión junto con otras libertades, se están poniendo en riesgo.
Pese a ello, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos se mantiene con un “silencio cómplice”, en lugar de buscar privilegiar la unidad, el diálogo y el encuentro por el bien común.
Además, dijo, se observa un reiterado acoso, descalificación y hasta intimidación hacia quien piensa o actúa diferente.
“Es lamentable y reprobamos abiertamente que a través de un discurso repetitivo se quieran apagar las voces disidentes como si se quisiera imponer un pensamiento único. Eso resulta muy peligroso porque atenta contra uno de los derechos fundamentales de toda persona y contra una de las características de la democracia moderna”, expresó.
En su comunicado dominical, aseveró que la voz de alerta que han enviado los 650 intelectuales, periodistas y académicos recientemente, es un mensaje que debemos escuchar y reforzar.
Y es que se necesita corregir el rumbo, ya nadie beneficia mantener un discurso amenazante y desestabilizador.
“Los que evidencian los errores, los fracasos y las torpezas que se han estado cometiendo y que están dañando al país, encaminándolo a un punto muy peligroso no tendrían por qué ser descalificados, agredidos e intimidados. Se tiene derecho a pensar y a opinar de forma diferente”, dijo.
Y lamentó que junto la amenaza de la libertad de expresión también se están afectando otras libertades como sucedió este sábado 19 de septiembre de 2020 en la ciudad de México, donde la policía impidió también el libre Tránsito a los manifestantes que marchaban del Monumento a la Revolución al Zócalo capitalino.
“Se trata de una violación a la libertad de Expresión, a la libertad de Tránsito y a la libertad de Manifestación. Reprobamos esta conducta represiva de parte de las autoridades de la Ciudad de México”.
Y recordó incluso lo que sucedió recientemente en torno a la Catedral de la Ciudad de México, donde, sin previo aviso y de manera sorpresiva y arbitraria, bloquearon por varias horas los accesos a la Catedral de la Ciudad de México, lo que resultó también un atentado a la libertad religiosa.
“Este tipo de señales sólo abonan a la división y al encono, invitamos a recapacitar y a corregir este tipo de actitudes propias de sistemas represivos o arbitrarios que atentan contra las libertades y los derechos de las personas”, concluyó.