Ante la advertencia de la Organización Mundial de la Salud sobre una inevitablemente pandemia de gripe o influenza, México se reunió con autoridades sanitarias de 19 países para establecer una estrategia de notificación inmediata, detección oportuna y contención de casos que deriven en saturaciones hospitalarias, muertes prematuras y una debacle económica.
En entrevista previa, Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción a la Salud, informó que México trabaja en tres proyectos estratégico: el desarrollo del Centro Nacional de Inteligencia en Salud, un Sistema Nacional de Diagnóstico en Salud Pública y un Sistema Nacional de Emergencias en Salud, informó
“El Centro Nacional de Inteligencia en Salud nos permitirá tener un mejor mecanismo de coordinación, sobre todo capacidad analítica de la información. Un Sistema Nacional de Diagnóstico en Salud Pública nos permitirá integrar los distintos laboratorios que atienden el diagnóstico en salud pública y también el diagnóstico clínico en un marco de rectoría eficiente, coordinado y con mayor capacidad técnica", aseguró López-Gatell.
“Y un Sistema Nacional de Emergencias en Salud nos permita tener una respuesta profesional, técnicamente fundada, vigorosa, amparada en la mejor ciencia posible y que se articule de manera eficiente y conveniente con el sistema nacional de respuesta a emergencias que está a cargo de la coordinación general de protección civil”, dijo el epidemiólogo clave en la pandemia de 2009.
El funcionario refirió que México se prepara para hacer frente a una emergencia que la OMS está anunciando y resultará inevitable, una nueva ola de pandemia de influenza, pero reconoció que si en este mismo momento surgiera la emergencia, en el país “no estamos totalmente preparados, quizá mejor que hace 10 años pero nos falta todavía mucho por avanzar” por ello los tres proyectos estratégicos.
En 2009, recordó cuando los tiempos de la pandemia de la influenza AH1N1, “teníamos importantes deficiencias en nuestra capacidad de hacer vigilancia epidemiológica, de hacer confirmaciones por laboratorio y también en diversos mecanismos cruciales de salud pública que incluyen la coordinación institucional, la capacidad de respuesta, la presencia de protocolos de actuación y de coordinación con las unidades de atención médica".
“Estas importantes limitaciones nos enfrentaron a un problema muy grave de coordinación en la respuesta en salud pública ante esta pandemia en 2009. Algunas de las lecciones aprendidas es reconocer, de manera autocrítica, las insuficiencias que tenía el sistema de salud en México, incluyendo su sistema nacional de salud pública, la red nacional de laboratorios, el sistema nacional de vigilancia epidemiológica, por mencionar algunos”.
Se refirió que “tampoco estábamos preparados en la capacidad de hablarle transparente y abiertamente a la gente, habíamos heredado una cultura de oscurantismo y de ocultamiento de las cifras que nos ha llevado a creer que la población no es capaz de procesar información clara y precisa sobre el riesgo poblacional individual”.
Sin embargo, abundó, algunos de los elementos de los que nos sentimos orgullosos, en su momento “yo fui protagonista”, donde se notificó a la OMS basándose en el compromiso y la obligación legal de ser un país suscribió el Reglamento Internacional 2005.
“Eso nos valió un prestigio internacional pero también tuvimos que enfrentar las importantes insuficiencias de capacidad técnica, de coordinación en la respuesta de salud pública”.
Los aciertos, abundó, fue consolidar el Instituto Nacional de Referencia Epidemiológica (INDRE), que perfeccionó los mecanismos de comunicación global y de reglamentación sanitaria internacional.
“Se establecieron acuerdos de vinculación regionales, especialmente con Estados Unidos y Canadá y también mecanismos de coordinación global en salud.
“Establecimos capacidades técnicas para el diagnóstico con métodos moleculares modernos en los 31 laboratorios estatales de salud pública y se perfeccionó un sistema de calidad y acreditación en el INDRE y la red nacional de laboratorios”, detalló.
Durante el sexenio 2012-2018, abundó, hubo algunos avances en la capacidad analítica, de compilar y estudiar la información sobre eventos agudos en salud pública. “A 10 años de distancia de la pandemia 2009 reitero que nos sentimos orgullosos de haber comunicado abiertamente los riesgos potenciales basados en la evidencia existente y hoy lo volveríamos a hacer del mismo modo”.
Fuente: Excelsior