Tatuarse no es una decisión que deba ser tomada a la ligera, pues podría pasarte como a un joven argentino que, al descubrir que su tatuaje no le había gustado, decidió quitárselo él mismo con un aparato un tanto rústico: un rallador de queso.
Aunque esto pasó en 2017, su historia se volvió viral cuando su amigo, Matías Costa decidió publicarla en Twitter, en donde mostró las fotografías del instrumento, el proceso y finalmente, el resultado.
"Un amigo se tatúo y como no le gustó el tatuaje se lo sacó con un rayador de queso. Sí, un rayador de queso", escribió Costa en el tuit en el que también había una foto de ese amigo con el tatuaje de un símbolo.
Después adjuntó fotografías del rallador de queso ensangrentado y del proceso, en donde se puede ver como poco a poco, fue arrancándose a sí mismo las capas de piel en las que penetra la tinta.
El joven del tatuaje explicó que decidió quitárselo, además de porque ya no le había gustado, porque tenía la intención de entrar a trabajar a la Policía de Seguridad Aeroportuaria de Argentina, en donde le explicaron que no podría hacerlo que si estaba tatuado.
Al final, el muchacho no ingresó a trabajar ahí, pero se había quedado ya con la horrible experiencia de su no tan bien pensada idea, de la que dijo, se arrepintió justo en el momento en que empezó a hacerlo.
A pesar del dolor y de los riesgos que implica hacer algo así, ahora su cicatriz es casi imperceptible, sin embargo, si tú quieres deshacerte de un tatuaje, mejor ve con un profesional, para evitar complicaciones y problemas en tu salud.
Fuente: Milenio