Xalapa, Ver
. - Resulta evidente la desesperación del régimen de la mal llamada “cuarta transformación” por convencer a la ciudadanía de acudir a la consulta de revocación de mandato, un ejercicio que resulta inútil para el país, pero cuyo trasfondo representa un enorme riesgo para el sistema democrático en México.
En los últimos días han arreciado las diatribas y ataques de los personeros y textoservidores de la “4t” y desde el propio gobierno contra quien expresa su desacuerdo con una consulta que carece de legitimidad, ya que la misma no surge de la sociedad sino desde el mismo gobierno que en teoría sería revocado, con lo cual el mecanismo resulta ocioso, pues de antemano se conoce el resultado.
Tal obviedad, así como el hecho de que el electorado ya votó por el presidente López Obrador y por lo tanto tiene un mandato que cumplir -y que, reiteramos, nadie le está pidiendo masivamente que abandone, salvo algunos trasnochados tontos útiles-, no podría tener otro efecto más que la desidia de una población que, además, está cansada de ir a procesos de votación a cada rato.
Como seguramente cuentan con información certera acerca de cuál es la tendencia de participación que se perfila para el próximo 10 de abril -que por si fuera poco es Domingo de Ramos e inicio de las vacaciones de Semana Santa-, el régimen no ha tenido empacho en quebrantar la legalidad de manera atroz y descarada.
El ”decretazo” con el que Morena pretendió saltarse la Constitución y permitir que en plena veda electoral los funcionarios públicos promovieran abiertamente la consulta fue el clímax de una serie de ilegalidades en las que los “moralmente superiores” incurrieron, en una desaforada carrera hacia incurrir en responsabilidades penales por violar las normas vigentes y desviar recursos públicos descaradamente.
A pesar de que las autoridades electorales (el INE y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación) le pusieron un alto al lopezobradorismo y lo obligaron a detener el derroche en propaganda y a abstenerse de violentar la Constitución pronunciándose sobre aquello que los servidores públicos tienen expresamente prohibido, el morenato no ha cejado en su obstinación y ocupa las redes sociales para continuar promoviendo la consulta, incluso con los programas sociales federales como “gancho”.
Hay grupos y páginas en Facebook –“Bienestar crédito a la palabra tandas”, “Actividades culturales Xalapa y Coatepec”, por citar dos- en los que se está llamando a la población a ir a cobrar apoyos económicos del Banco del Bienestar de aquí al 10 de abril –“coincidentemente”, el día de la consulta de revocación-, tales como las pensiones a madres solteras y adultos mayores, y “apoyos” a “emprendedores” de entre tres mil y 15 mil pesos “a fondo perdido”.
También existe una página web denominada “Informantes del Bienestar” que se ha dedicado durante toda la veda a promover los diferentes programas sociales del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Más allá de la veracidad o no que tengan estas publicaciones -que como quiera están en la red violando la ley sin problema alguno- la intención es obvia: lucrar con los recursos públicos en favor de la imagen del presidente para animar a la población a salir a votar el 10 de abril, ante la inminencia de un nuevo fiasco como el de la consulta para “enjuiciar a los ex presidentes” y que no se llegue al casi inalcanzable porcentaje de 40 por ciento del padrón electoral, que es el mínimo de votación requerido para que el ejercicio tenga efectos legales.
Y como está quedando claro que convencer de salir a votar a unas 35 millones de personas por algo de lo que ya se conoce el resultado, que no beneficia en nada a México ni lo pidió la sociedad y que tiene intenciones aviesas detrás, es casi una misión imposible -con todo y el brutal acarreo que con seguridad llevará a cabo el morenato y para el que ya preparan “rounds de sombra” con concentraciones de “apoyo” a López Obrador en los próximos días-, pues ya están apuntando hacia el INE para culparlo del fracaso -desde ahora se promueve la mentirosa narrativa de que el organismo no promueve la consulta, cuando a toda hora hay spots institucionales sobre la misma en radio, TV e internet- y buscar dinamitarlo, tomarlo por asalto, destruir su autonomía y convertirlo en otro mueble del régimen.
Esto es la “cuatroté”: una cuadrilla de tramposos antidemócratas.
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