El Gobierno de Gran Bretaña pidió a las autoridades del futbol británico priorizar la erradicación del racismo en los partidos y no descartó "tomar más medidas si fuera necesario", debido a los ataques hacia el defensa del Chelsea, Antonio Rudiger, durante el encuentro ante el Tottenham.
Un portavoz del primer ministro, el conservador Boris Johnson, reconoció que la FA, la Premier League y la English Football League "han aumentado sus esfuerzos" pero dijo que el Ejecutivo espera que "sigan priorizando la lucha contra el racismo en consulta con los jugadores y grupos de aficionados".
El Gobierno "vigilará cómo las autoridades futbolísticas aplican sus planes durante la temporada", dijo el portavoz, que señaló que, si se requiriera, no descartan tomar "más medidas" a nivel gubernamental, que no especificó.
"El racismo de cualquier tipo no tiene lugar en el fútbol ni en ningún otro sitio y debemos confrontar este comportamiento vil", afirmó.
Esta intervención se produce en medio de una polémica nacional después de que ayer Rudiger fuera objeto de cánticos racistas por parte de la afición del Tottenham Hotspur, en el derbi londinense que terminó con el triunfo del equipo de Frank Lampard.
El responsable de megafonía del estadio avisó en tres ocasiones a los seguidores, y el partido se detuvo momentáneamente.
Tras el encuentro, el Tottenham emitió un comunicado en el que lamentó la situación y anunció la apertura de una investigación, mientras que la Policía ha iniciado asimismo una pesquisa.
La Asociación de futbolistas profesionales (PFA, siglas en inglés) ha pedido al Gobierno que ordene una investigación oficial "sobre el racismo y el aumento de los delitos de odio dentro del fútbol".
El consejero delegado adjunto, Bobby Barnes, dijo que debería haber "penas más duras" para los autores y señaló que, aunque es un asunto presente en el fútbol, se trata de un problema más amplio de la sociedad que requiere de la intervención de las agencias de seguridad.
El responsable de igualdad de la PFA, Iffy Onuora, declaró por su parte a la BBC que el racismo en Inglaterra ha aumentado desde el referéndum británico de 2016 que dio la victoria al Brexit o salida británica de la Unión Europea (UE).
Añadió que el lenguaje usado por algunos políticos puede haber dado alas a los racistas y "legitimar" sus actos.
Varios entrenadores han coincidido en su condena y tristeza por los hechos.
José Mourinho, mánager del Tottenham, lamentó lo sucedido y sostuvo que "el fútbol y la sociedad necesitan ayuda", mientras que Pep Guardiola, en el Manchester City, afirmó que "es una batalla que hay que librar cada día, especialmente en las escuelas y las familias, para hacer una sociedad mejor".
Fuente: Milenio